Zidane se movía con la armonía de un solo ser con el balón. Con una maestría y elegancia innata, él orquestaba el juego con inspiración divina. Sus pases eran milimétricos, como pinceladas magistrales en un https://joycebyvx785154.glifeblog.com/37259164/qué-declaró-zidane-después-del-cabezazo